Publicado: julio 26, 2020
Para la celebración del 41° aniversario de la revolución, Rosario Murillo mandó a levantar una enorme estrella de flores en la Plaza de la República. Por los antecedentes de la primera dama, nadie la ve como una simple decoración.
Un jardín en forma de estrella de cinco puntas a la que se conoce como “pentagrama invertido”, Un círculo perfecto de sillas equidistantes. La tarima colocada entre el vértice inferior, mientras la punta superior señala al antiguo Palacio Nacional. Así fue la decoración para la celebración del 41° aniversario de la revolución.
Las interpretaciones van desde “culto a satanás” hasta quienes ven un “escudo protector” contra las amenazas al gobierno y a la familia gobernante, cuando el régimen de Ortega vive sus peores tiempos. Lo que sí queda claro es que nadie lo ve como una “simple” decoración.
Rosario Murillo tiene un fuerte sello esotérico. Se le ha atribuido fama de sacerdotisa, bruja, hechicera o pitonisa. Su cuerpo mismo es un altar para diversos símbolos religiosos.
Luce unos treinta anillos en todos sus dedos, otros veinte collares en el cuello y una cantidad similar de pulseras en sus muñecas. Cada una de las piezas, sus piedras y sus colores, tienen una significación espiritual para su vida. Hacen las veces de escudo protector, han dicho personas cercanas a ella.