Publicado: agosto 22, 2025
Un tribunal de apelaciones de Estados Unidos dio luz verde al gobierno de Donald Trump para poner fin al Estatus de Protección Temporal (TPS) que ampara a 51,000 hondureños que han residido legalmente en ese país durante más de 26 años.
La decisión, tomada por un panel del Noveno Circuito de California, suspende la protección que había otorgado un tribunal de menor instancia y deja a los beneficiarios con solo 60 días antes de perder su estatus migratorio.
El TPS, vigente para los hondureños desde 1999 tras el paso del huracán Mitch, ha permitido a decenas de miles de familias vivir y trabajar legalmente en Estados Unidos. Con este fallo, perderán el permiso de residencia y trabajo, quedando expuestos a procesos de deportación. El mismo dictamen afecta también a unos 3,000 nicaragüenses y a miles de nepaleses, aunque en el caso de estos últimos la cancelación es inmediata.
La subsecretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Tricia McLaughlin, defendió la decisión afirmando que el TPS “nunca fue concebido como un sistema de asilo permanente” y que se busca “restaurar la integridad del sistema migratorio”. En contraste, organizaciones de derechos humanos calificaron la medida como “devastadora” para miles de familias hondureñas. Abogados de la ACLU advirtieron que el fin del programa afectará también a más de 40,000 niños estadounidenses hijos de beneficiarios del TPS.
La cancelación del amparo representa un golpe duro para la comunidad hondureña en EE. UU., una de las más numerosas de Centroamérica, que se suma a la incertidumbre por la política migratoria de Trump, quien ya ha eliminado el TPS para haitianos y venezolanos. A partir del 8 de septiembre, los hondureños perderán oficialmente su estatus de protección, lo que abre un nuevo frente de tensión en la relación bilateral con Tegucigalpa y plantea el riesgo de un aumento de deportaciones masivas hacia Honduras.