Publicado: noviembre 23, 2022
En México parecen reproducirse las condiciones que llevaron a Venezuela a una débil situación donde no hay bienestar económico para sus ciudadanos, donde crece la inseguridad y se pierde la libertad política, señaló Bret Stephens, columnista del New York Times.
Desde la mirada de los analistas internacionales, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se acerca a los gobiernos populistas de Recep Tayyip Erdogan en Turquía o a la corriente de los Kirchner en Argentina, donde su aparente amor por los pobres los hace mantener la popularidad, sin embargo, el Estado de derecho se va perdiendo, como sucedió en la nación bajo el poder de Nicolás Maduro.
En la actualiadad, miles de venezolanos huyen de la pobreza en su país y luchan por llegar a Estados Unidos en busca de una mejor vida, sin embargo, el gobierno un gran número de ellos han terminado varados en la frontera norte de México debido a un acuerdo entre el gobierno de EEUU (bajo el título 42) y el de López Obrador para recibirlos en tanto se normaliza su situación migratoria.
Bret Stephens recuerda que al inicio del sexenio de López Obrador realizó un análisis y encontró que el tabasqueño podría ser una versión mexicana de Donald Trump, pero de izquierda. Cuatro años después el columnista considera que el presidente de México superó al magnate por ser un operador burocrático más eficaz.
En su caso, antes de llegar a la elección presidencial del año 2024, AMLO asegura que busca democratizar al órgano encargado de organizar los comicios, haciendo que sus miembros sean elegidos por voto popular después de que el propio Ejecutivo y las instituciones bajo su control nominen a los candidatos a consejeros electorales.
En un estilo similar al de Trump, el presidente López Obrador califica a sus críticos como “racistas, snobs y muy hipócritas”, señala el periodista del NYT. Bajo el argumento de que la democracia mexicana es la más cara del mundo, en la actualidad se impulsa una reforma electoral.
El analista internacional apunta que el INE representa la transición política ordenada que ha vivido México en los últimos años y si el ahora presidente de la República ganó de una forma clara, gracias a un estilo de “culto a la personalidad”, por qué su afán de ir sobre el árbitro electoral. ¿No se supone que representa a las fuerzas de la democracia popular?
Stephens señala que la marcha ciudadana del domingo 13 de noviembre para defender al Instituto Nacional Electoral (INE) dejó en evidencia que México está en camino al desmantelamiento de la democracia y sus órganos autónomos.
El columnista del NYT apunta que López Obrador se formó en el viejo PRI de los años setenta, un partido unido en su devoción por el clientelismo, la corrupción y, sobre todo, el control presidencial como medio para perpetuar su permanencia en el poder.
Por INFOBAE