Autoridades locales en toda China comenzaron una lenta marcha atrás de las restricciones vigentes durante los últimos años, impulsadas por las órdenes del régimen de adoptar nuevas formas de combatir el coronavirus.
En la capital Beijing, donde muchos negocios están plenamente abiertos, ya no se exige una prueba negativa del virus tomada en las últimas 48 horas para abordar el transporte público.
Las autoridades de Wuhan, donde primero se detectó el coronavirus en 2019, y de Shandong, eliminaron el domingo el requisito de pruebas para usar el transporte público.
La prensa estatal china, que se había enfocado en destacar los peligros del covid, ahora cambió el tono ante el alivio de las medidas.