Publicado: septiembre 23, 2019
La operadora de viajes y turismo Thomas Cook se declaró en quiebra, decisión que pone en marcha un gigantesco operativo para resolver la situación de centenas de miles de clientes en diversos países.
El inicio del proceso de liquidación impone la aplicación de un plan de emergencia para la repatriación de 600.000 turistas en todo el mundo, entre ellos, 150.000 británicos, en una operación sin precedentes en Gran Bretaña desde la Segunda Guerra Mundial.
"A pesar de los enormes esfuerzos, las discusiones no llegaron a un acuerdo entre los accionistas y quienes proponían un nuevo aporte de dinero", apuntó la empresa en un comunicado.
Simultáneamente, la Autoridad de Aviación británica (CAA) señaló en una nota oficial que la firma, "operadora de turismo y empresa de aviación, ha cesado sus actividades con efecto inmediato".
La firma británica de 178 años de antigüedad negoció intensamente todo el fin de semana en busca de un aporte adicional de capital de unos 200 millones de libras esterlinas -unos 250 millones de dólares- para evitar el colapso.