Publicado: septiembre 20, 2024
Una investigación periodistica a cargo de Redacción Regional, dejó al descubierto como, Nayib Bukele, y su círculo más cercano han amasado un vasto patrimonio de tierras durante su primer mandato, lo que ha generado controversia sobre el origen de su repentina fortuna.
Según registros oficiales, Bukele y sus familiares han adquirido 363 hectáreas de tierra, el 92% de las cuales fueron compradas entre 2019 y 2024. Este incremento en propiedades incluye terrenos estratégicos en el país, con un valor total estimado de $9.2 millones.
En 2023, las compras fueron particularmente significativas. A través de diversas empresas, Bukele y su familia adquirieron dos inmuebles a orillas del lago Coatepeque, uno de los destinos más exclusivos de El Salvador.
Además, compraron una finca con cultivos de azúcar y los terrenos donde se cultiva "Bean of Fire", la marca de café gourmet que Bukele ha promovido como parte de su iniciativa de exportación. Estas adquisiciones han levantado sospechas sobre posibles conflictos de interés y el uso de su posición para beneficio personal.
Entre los miembros de la familia involucrados en las compras figuran la esposa de Bukele, Gabriela Rodríguez, así como su madre y hermanos, quienes han adquirido propiedades en zonas exclusivas del país. Desde que Bukele asumió la presidencia en junio de 2019, estas transacciones inmobiliarias se han multiplicado, acumulando un número total de 16 inmuebles a título personal.
Pese al escrutinio público, la Corte Suprema de Justicia (CSJ) ha declarado bajo reserva las versiones públicas de las declaraciones de patrimonio del presidente y su familia, lo que ha provocado críticas de sectores que abogan por la transparencia en el manejo de los bienes públicos. Aunque Bukele ha sido elogiado por algunos por su política de seguridad y su enfoque moderno, estas adquisiciones han generado dudas sobre el uso de su poder para construir una nueva élite terrateniente en El Salvador.
La acumulación de tierras y bienes bajo el control de Bukele y su círculo íntimo refuerza la percepción de que su mandato ha transformado a su familia en una nueva clase dominante, desafiando la narrativa de transparencia y austeridad que promovió durante su campaña presidencial.