Publicado: septiembre 30, 2024
El Gobierno de El Salvador, a través del Ministerio de Hacienda, entregó a la Asamblea Legislativa el proyecto de Presupuesto General de la Nación para el 2025, que asciende a $9,663 millones.
A pesar del aumento en el presupuesto, el ministro interino de Hacienda, Jerson Posada, confirmó que se congelarán los escalafones salariales tanto en los sectores de Salud como de Educación, afectando directamente a miles de empleados públicos que llevan años sin recibir ajustes salariales.
Este congelamiento de escalafones ha generado un fuerte descontento, sobre todo entre los docentes, quienes llevan más de tres años solicitando que se respete la nivelación salarial contemplada en la Ley de la Carrera Docente.
El sector salud también será duramente afectado, ya que los profesionales de la salud tampoco recibirán los aumentos que por ley les corresponden. En redes sociales, circuló la indignación de los trabajadores, quienes ven esta medida como un claro retroceso en los derechos laborales.
Mientras tanto, el ministro Posada y el presidente Bukele han celebrado que no habrá necesidad de adquirir nueva deuda para financiar este presupuesto, insistiendo en que "El Salvador ya no gastará más de lo que recauda". Sin embargo, este discurso ha sido visto por muchos como un intento de encubrir el impacto negativo de congelar los salarios en sectores clave como educación y salud, especialmente cuando los costos de vida en el país siguen en aumento.
En medio de estas decisiones, el gobierno ha priorizado el gasto en otras áreas, aumentando en $600 millones el presupuesto con respecto a 2024. Sin embargo, para miles de salvadoreños, este incremento no se traduce en mejores condiciones laborales ni en una mejor calidad de vida. La falta de voluntad para ajustar los salarios parece confirmar que los trabajadores del sector público no son una prioridad para la administración actual.