Publicado: junio 19, 2024
Ocho expresidentes de Costa Rica se unieron este miércoles para rechazar categóricamente las afirmaciones del actual presidente, Rodrigo Chaves, quien calificó al sistema político del país como una "dictadura perfecta" en vigor desde hace 75 años.
Las declaraciones de Chaves, realizadas durante un evento en La Fortuna, Alajuela, han provocado una fuerte reacción en defensa de la historia democrática costarricense.
En una carta abierta, los exmandatarios Rafael Ángel Calderón (1990-1994), José María Figueres (1994-1998), Miguel Ángel Rodríguez (1998-2002), Abel Pacheco (2002-2006), Oscar Arias (1986-1990 y 2006-2010), Laura Chinchilla (2010-2014), Luis Guillermo Solís (2014-2018) y Carlos Alvarado (2018-2022), condenaron las declaraciones del presidente Chaves, subrayando la necesidad de "defender la verdad histórica" y valorizar las instituciones democráticas del país.
"Desconocer lo mejor de nuestra historia y alterar la verdad de los hechos no solo impedirá resolver los problemas que aún arrastramos, sino que los agravará. Además, nos hace perder tiempo valioso cuando lo que deberíamos estar es tendiendo puentes y buscando acuerdos amplios y efectivos", indicaron los expresidentes en su misiva.
Los exmandatarios reconocieron que aunque la democracia costarricense tiene imperfecciones y deudas pendientes con sus ciudadanos, el sistema sigue siendo valioso y digno de defensa. Insistieron en que es vital hacer justicia a las luchas republicanas y democráticas del país, y apelar a la conciencia ciudadana sobre la importancia de sus instituciones democráticas.
La semana pasada, el presidente Chaves criticó duramente a la Asamblea Legislativa, la Sala Constitucional y la Contraloría General de la República, acusándolas de contribuir a lo que describió como una "dictadura perfecta" en Costa Rica. Estas declaraciones, que cuestionan la integridad y el funcionamiento del sistema democrático del país, han generado controversia y preocupación entre los líderes políticos y ciudadanos.
La reacción de los expresidentes subraya el valor que se le da a la tradición democrática costarricense, caracterizada por su estabilidad y respeto por las instituciones. Este consenso entre los exmandatarios de diferentes períodos y partidos políticos refuerza un mensaje claro: la importancia de preservar y fortalecer el sistema democrático y evitar la polarización política y la desinformación.
Mientras tanto, la ciudadanía y los analistas políticos observan con atención cómo se desarrollará esta controversia y sus posibles implicaciones para el clima político y social del país.