Publicado: junio 27, 2024
El expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, ha sido sentenciado a 45 años de prisión este miércoles por un tribunal estadounidense, tras haber sido declarado culpable de tráfico de drogas y armas el pasado 8 de marzo. La sentencia fue dictada por el juez Kevin Castel en una audiencia en el tribunal del distrito sur de Manhattan, Nueva York.
Hernández, de 55 años, quien ocupó la presidencia hondureña en dos mandatos consecutivos de 2014 a 2022, recibió además una multa de 8 millones de dólares y se le impuso un período de 5 años de libertad vigilada una vez cumplida su condena. El juez Castel ha solicitado al abogado de Hernández que detalle en un plazo de dos semanas cómo se realizará el pago de la multa.
La sentencia supera el mínimo estipulado de 40 años por los tres cargos, pero es inferior a la cadena perpetua que había solicitado la fiscalía. "El papel de Juan Orlando Hernández fue utilizar su poder político como presidente del Congreso y como presidente de Honduras para limitar el riesgo de los narcotraficantes a cambio de dinero", declaró el juez Castel al leer la sentencia.
Hernández escuchó de pie el fallo, en una sala abarrotada de hondureños que acudieron al tribunal para presenciar este evento histórico. Castel, en su argumentación, fue contundente al describir la implicación de Hernández en la conspiración para proteger a los narcotraficantes a cambio de sobornos, destacando el uso del poder político para facilitar el tráfico de drogas.
El juez también mencionó que tomará una decisión en 120 días sobre el penal en el que Hernández cumplirá su sentencia. Actualmente, el expresidente se encuentra recluido en la cárcel de Brooklyn.
Durante su turno de palabra, Hernández criticó la “justicia selectiva de los fiscales” y argumentó que la acusación en su contra se basó en testimonios de narcotraficantes interesados en obtener beneficios para su propia situación carcelaria, sin presentar "ninguna evidencia" sólida. “Apelo al sentido común: ellos (los narcotraficantes) que testificaron en el juicio van a salir libres y yo preso de por vida”, dijo, expresando su preocupación por la credibilidad del sistema judicial estadounidense.
En 2021, Hernández había manifestado a la AFP su intención de retirarse para escribir sus memorias al término de su mandato, un plan que parece improbable ahora tras su condena. El expresidente ha mantenido una imagen de serenidad a lo largo de su proceso judicial, aunque enfrenta una larga batalla legal y personal mientras cumple su extensa sentencia.
La sentencia de Hernández representa un fuerte golpe a la imagen de la política hondureña y subraya la determinación de las autoridades estadounidenses para perseguir a altos funcionarios extranjeros implicados en actividades de narcotráfico. Esta decisión marca un precedente significativo en la lucha contra la corrupción y el crimen organizado en la región centroamericana.