Publicado: julio 16, 2024
El Salvador ha experimentado un notable incremento en su deuda pública durante los últimos cinco años, alcanzando un total de $29,052.4 millones hasta mayo de este año, según cifras oficiales del Ministerio de Hacienda.
Este incremento de $10,735.2 millones en comparación con mayo de 2019 refleja la creciente carga financiera que enfrenta la nación bajo la administración de Nayib Bukele.
En mayo de 2019, cuando el presidente Bukele asumió el poder, la deuda del Sector Público No Financiero (SPNF) y la deuda de pensiones totalizaban $18,317.2 millones.
Desde entonces, la deuda ha seguido una trayectoria ascendente, partiendo de los $13,981 millones registrados en mayo de 2014. Según el último reporte del Ministerio de Hacienda, el saldo de la deuda del SPNF se situaba en $19,557.8 millones en mayo de 2024, mientras que la deuda de pensiones alcanzaba $9,494.6 millones.
El SPNF incluye al gobierno en general y a las empresas públicas no financieras, mientras que la deuda de pensiones comprende los compromisos adquiridos a través de la emisión de Certificados de Inversión Previsional (CIP), que con la última reforma de pensiones se convirtieron en certificados de transición, y los nuevos Certificados de Obligaciones Previsionales (COP). La deuda por los certificados de transición es de $8,396.3 millones y la de los COP asciende a $1,662.6 millones.
Un endeudamiento sin precedentes
El economista Rafael Lemus comentó que, si bien todos los gobiernos han recurrido al endeudamiento para enfrentar diversos desafíos, la actual administración ha tomado una cantidad de deuda sin precedentes y, a diferencia de otros países, no ha ajustado su política fiscal rápidamente para enfrentar esta situación. Según Lemus, a pesar de la pandemia y otros desafíos que ha enfrentado el gobierno, el desequilibrio fiscal persiste, con un déficit que supera el 4.5 %.
Lemus señaló que "todos los gobiernos han salido a tomar deuda, pero no como lo hizo este gobierno y, peor aún, no se ajustó rápidamente como lo hicieron otros países". Este incremento en la deuda pública, combinado con un déficit fiscal continuo, plantea serias preocupaciones sobre la sostenibilidad financiera del país y su capacidad para enfrentar futuras crisis económicas.
En resumen, El Salvador se encuentra en una situación financiera cada vez más precaria, con una deuda pública en aumento y un déficit fiscal persistente. La administración Bukele ha incrementado significativamente el endeudamiento del país, lo que plantea serias interrogantes sobre el futuro económico de la nación y su capacidad para gestionar estas crecientes obligaciones financieras.