Publicado: enero 21, 2019
Por: Max Mojica
@MaxMojica
Las cargas tributarias son el ingreso del Estado, pueden ser impuestos, contribuciones especiales o tasas por servicios.
Pagar impuestos es algo que beneficia a todo el pueblo, con ellos el Estado puede dar salud, educación y seguridad al pueblo, dar mantenimiento a los bienes públicos como parques, carreteras, puertos y aeropuerto, así como pagar el salario a los empleados y funcionarios públicos.
Los impuestos son buenos, el problema se deriva cuando son demasiado altos y difíciles de aplicar, son despilfarrados o mal utilizados, o cuando son desviados mediante actos de corrupción.
Cuando son demasiado altos, hace que nuestro país sea menos atractivo para los
inversionistas nacionales e internacionales, y al haber menos inversión, hay menos
empleo y sin empleo, hay más pobreza.
Y cuando son despilfarrados, mal utilizados o desviados para los bolsillos particulares de los corruptos, el Estado tiene menos recursos para medicinas, salarios de profesores, médicos y policías, y para la educación del pueblo.
El Salvador tiene un lamentable historial de corrupción y mal uso de los recursos públicos, lo cual es una negativa combinación que daña a los de siempre: a los más pobres y no nos permite avanzar como país.
En estas próximas elecciones tenemos que optar por el candidato que ofrezca mantener baja la presión fiscal para hacernos competitivos, simplifique la forma de pagar impuestos y ofrezca transparencia en el manejo de las finanzas públicas, acompañado de un decidido combate a la corrupción.