Publicado: octubre 24, 2024
El reciente informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha puesto de manifiesto la alarmante situación de pobreza en El Salvador, donde el 27% de los hogares sufre de pobreza monetaria.
Esta cifra es aún más preocupante en 32 de los 44 nuevos municipios, especialmente en la franja nororiental y las zonas cafetaleras de Usulután y Ahuachapán, donde las condiciones de vida son críticas. Según el PNUD, la pobreza monetaria se define como la incapacidad de un hogar para adquirir la canasta básica alimentaria (CBA).
Los municipios más afectados incluyen Usulután Norte, Ahuachapán Sur y Morazán Norte, entre otros. A medida que la pobreza se convierte en un problema crónico, la Oficina Nacional de Estadísticas y Censos (ONEC) ha indicado que el costo de la CBA ha aumentado en comparación con el año anterior, alcanzando $264.9 en zonas urbanas para familias de entre tres y cuatro miembros. Este incremento en el costo de la canasta básica resalta la dificultad que enfrentan las familias salvadoreñas para cubrir sus necesidades alimenticias.
La economista Tatiana Marroquín ha señalado la importancia de este informe como un llamado a la acción. Destacó que la pobreza es un reflejo de cómo el sistema económico ha fallado en proteger los derechos económicos y sociales de las personas. Para Marroquín, la desigualdad en el acceso a recursos entre zonas urbanas y rurales es evidente, con un modelo económico que prioriza el desarrollo en las ciudades y descuida las necesidades del interior del país.
El informe también revela que el 25% de los hogares en El Salvador sufre de pobreza multidimensional, afectando especialmente a las regiones costeras y nororientales. Esta situación plantea serias interrogantes sobre el futuro económico del país y la urgencia de implementar políticas efectivas que aborden las desigualdades existentes, mejoren las condiciones de vida de la población vulnerable y promuevan un desarrollo equitativo en todo el territorio nacional.