Publicado: julio 08, 2024
El presidente Nayib Bukele reconoció la grave dependencia de El Salvador en la importación de alimentos básicos, señalando que el país no produce lo suficiente ni siquiera para cubrir el consumo interno de frijoles, maíz, tomates, papas, cebolla y güisquil.
Esta revelación, hecha durante una cadena nacional el viernes 5 de julio, llega en medio de una crisis de precios que afecta a las verduras, cuyos incrementos comenzaron a sentirse desde la tercera semana de junio.
Pese a aceptar la baja producción local, Bukele desvió la responsabilidad de los elevados costos hacia los comerciantes e importadores, amenazándolos con posibles sanciones si no reducen los precios de inmediato.
La economista Lorena Valle Cuéllar resaltó que la crisis es consecuencia de factores externos como sequías y conflictos en los países proveedores, agravada por la dependencia de El Salvador en las importaciones, lo que sugiere una falta de planificación y gestión en la producción agrícola nacional.
El presidente evitó cuestionar las acciones del Ministerio de Agricultura para incentivar la producción, limitándose a anunciar la creación de nuevos agromercados con la presencia del viceministro Óscar Domínguez, quien no aportó soluciones claras.
Luis Treminio, presidente de CAMPO, calificó el discurso de Bukele como un acto de "matonería", subrayando que las amenazas no resolverán la problemática estructural de la agricultura en el país.
Con una producción anual de apenas 170,000 quintales de papa para 6.3 millones de habitantes, según el "Anuario de Estadísticas Agropecuarias El Salvador 2022-2023", la capacidad local es alarmantemente insuficiente.
La mayoría de las hortalizas, como el ejote, con solo 1.29 libras por habitante anuales, son mayormente importadas, reflejando la severa dependencia externa y la crisis interna de abastecimiento que Bukele intenta paliar con medidas paliativas y culpabilizaciones.