Publicado: noviembre 25, 2024
Los casos de diarrea y gastroenteritis en El Salvador han alcanzado un nivel récord este año, marcando el número más alto desde 2017 y presentando la cifra de hospitalizaciones más elevada de la última década. Según los datos compartidos por el Ministerio de Salud (MINSAL) en su página web, la situación ha generado alarma entre la población y las autoridades de salud.
Hasta la semana 44 de 2024, que culminó el pasado 2 de noviembre, se han registrado 289,522 casos de diarreas y gastroenteritis en los centros de salud del país. En comparación con el mismo período del año pasado, se han atendido 116,655 casos adicionales, lo que representa un incremento anual del 67.5 %. Este aumento no solo anula la disminución del 12.4 % que se registró en 2023, sino que ha elevado la incidencia de estas enfermedades a niveles que no se veían desde 2017.
En 2017, se registraron 275,093 casos de estas enfermedades hasta la semana 44, mientras que en los años siguientes las cifras fluctuaron ligeramente. En 2018, se redujeron a 266,793, y en 2019 alcanzaron 278,389, que era la cifra más alta hasta la fecha.
Durante la pandemia de COVID-19, en 2020 y 2021, la incidencia de enfermedades diarreicas fue considerablemente menor, con 111,582 y 160,981 casos, respectivamente, debido a las restricciones sanitarias que limitaron la propagación de enfermedades contagiosas. En 2022, los casos ascendieron a 197,261, mientras que en 2023 se redujeron a 172,867.
Además del aumento en consultas por enfermedades diarreicas, las hospitalizaciones también han alcanzado el nivel más alto en una década, lo que indica que no solo hay más casos, sino que la gravedad de estos ha aumentado. Las autoridades sanitarias aún no han brindado explicaciones detalladas sobre las causas de este incremento, pero la situación ha llamado la atención sobre la necesidad de medidas de prevención más estrictas y efectivas.
Aunque el MINSAL no ha especificado las razones exactas de este aumento, los especialistas sugieren que podría estar relacionado con varios factores, como cambios en las condiciones climáticas, la calidad del agua potable, la higiene en la preparación de alimentos y el acceso a servicios de saneamiento. La variabilidad en la calidad de los servicios de salud durante y después de la pandemia también podría haber influido en la detección y tratamiento de casos.
Fuente: La Prensa Gráfica