Magistrado Olivo: "No les importa vivir en una dictadura, yo creo que no tienen ni idea de qué es una dictadura"
El magistrado del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Julio Olivo, afirmó este lunes que El Salvador ha sido reconocido internacionalmente como un país con un gobierno autoritario.
Expresó su preocupación por el creciente número de salvadoreños, así como ciudadanos en Latinoamérica y Europa, que parecen estar dispuestos a aceptar vivir bajo una dictadura si esta les garantiza soluciones a sus problemas.
Durante una entrevista en el canal TVX, Olivo fue interrogado sobre las declaraciones del presidente reelecto Nayib Bukele en su discurso del 4 de febrero, en el que afirmó que en el país existe "un partido único en un sistema totalmente democrático".
Olivo subrayó que El Salvador ha sido señalado por varios organismos internacionales como un gobierno autoritario, incluyendo el Latinobarómetro, donde el país ha sido calificado como tal. También mencionó que las Naciones Unidas han condenado al país por violaciones a los derechos humanos.
"En el Latinobarómetro se les consulta a la gente, y los salvadoreños salen también declarando, también a nivel latinoamericano y europeo, que no les importa vivir en una dictadura, yo creo que no tienen ni idea que es una dictadura (...) A mí no me gustaría volver a esas épocas del pasado; pero varia gente dice que no les importa vivir en dictadura si le resuelven sus problemas sociales", expresó.
A pesar de estas advertencias, Olivo destacó que el apoyo a Bukele ha sido abrumador y que muchos salvadoreños, así como personas en Latinoamérica y Europa, parecen estar dispuestos a vivir bajo una dictadura si esto significa resolver sus problemas sociales. Afirmó que esto refleja una falta de comprensión sobre las implicaciones de vivir en una dictadura.
Olivo también cuestionó las reformas impulsadas por el oficialismo para reducir el número de diputados de 84 a 60 en la Asamblea Legislativa, y cambiar la fórmula para distribuir los escaños entre los partidos políticos. Expresó su desacuerdo con el cambio de la fórmula repartidora de escaños, argumentando que va en contra del pluralismo político y de la Carta Democrática de la OEA.