Humberto Ortega fallece bajo vigilancia del régimen que ayudó a crear y luego cuestionó

Humberto Ortega Saavedra, exjefe del Ejército nicaragüense y hermano menor del dictador Daniel Ortega, falleció este lunes tras sufrir un paro cardíaco, según informó el Cuerpo Médico Militar del Ejército de Nicaragua.

Su muerte ocurre en un contexto de aislamiento y vigilancia policial, tras haber cuestionado abiertamente el régimen de su hermano y la sucesión "dictatorial" que enfrenta el país.

El general retirado, quien jugó un papel clave en la insurrección que derrocó al dictador Anastasio Somoza en 1979 y fundó el Ejército Popular Sandinista, se mantuvo al margen del poder político en las últimas décadas. Sin embargo, en una entrevista reciente con el medio argentino Infobae, Ortega Saavedra criticó duramente el mandato de su hermano, advirtiendo sobre el vacío de poder que enfrentaría Nicaragua tras la eventual desaparición del mandatario.

Sus declaraciones provocaron una reacción inmediata del régimen, que lo declaró traidor y lo mantuvo bajo estrecha vigilancia en su hogar en Managua. Humberto Ortega, un hombre de 77 años, fue ingresado en el Hospital Militar el pasado 11 de julio por problemas de salud graves, que culminaron en su fallecimiento.

Su muerte simboliza el final de una relación tensa y compleja entre los dos hermanos Ortega. Mientras Humberto intentaba distanciarse de las políticas autoritarias de su hermano, Daniel Ortega consolidaba su poder con mano de hierro, reprimiendo cualquier tipo de disidencia, incluso dentro de su propia familia.

Con el deceso del general retirado, Nicaragua pierde a una de las figuras más influyentes en su historia reciente, pero también a uno de los pocos críticos internos del régimen. Su partida deja abiertas preguntas sobre el futuro de la nación y el destino del legado de los Ortega.

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