Gobierno de Ecuador apostó por China para una represa que ahora se resquebraja

"El gobierno ecuatoriano apostó por China para una represa que ahora se resquebraja" es el título del reportaje de The New York Times, que hace referencia a la construcción de la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair que a tan solo dos años después de su inauguración, han aparecido 7648 fisuras en la presa.

Además, la presa se vislumbra al lado de un volcán activo que desprende columnas de ceniza hacia el cielo.Desde hace décadas los funcionarios advierten que la construcción de la represa es un peligro. Los geólogos dicen que un terremoto podría acabar con ella.

El objetivo de esta presa gigantesca en la selva, financiada y construida por China, comenzaría a hacer realidad las ambiciones de Ecuador: solventar sus necesidades de energía y ayudar a sacar al país de la pobreza, sin embargo, se ha vuelto parte de un escándalo nacional que envuelve al país en corrupción, cantidades peligrosas de deuda y un futuro muy ligado a China.

Casi todos los funcionarios ecuatorianos de alto nivel involucrados en la construcción de la presa se encuentran en prisión o han sido sentenciados por delitos de corrupción, detalla el reportaje.

Encima está el costo del proyecto: cerca de 19.000 millones de dólares en préstamos chinos, no solo por esta presa, sino también por puentes, autopistas, sistemas de irrigación, escuelas, clínicas y media decena de otras represas; préstamos que el gobierno tiene problemas para pagar. No importa si Ecuador puede costear esos proyectos: China cobrará de cualquier modo.

La presa está obstruida por sedimentos, arena y ramas de árboles. Credito: Federico Rios Escobar para The New York Times

Para liquidar, China puede quedarse con el 80 por ciento de la exportación más valiosa de Ecuador, el petróleo, porque muchos de los contratos se liquidan con crudo y no con dólares. De hecho, China obtiene el petróleo con descuento y luego lo vende con una ganancia adicional.

China ahora es el principal socio comercial en América del Sur; ha sembrado infraestructura en la región y ha dejado a su paso una cantidad relevante de préstamos. También ha cosechado beneficios políticos, como lograr que varias naciones latinoamericanas rompieran relaciones diplomáticas con Taiwán.

Este último es el caso también de El Salvador, el gobierno del FMLN rompió relaciones con Taiwán y las estableció con la República Popular de China, sin que hasta el momento se conozcan detalles de ese acuerdo.

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Fuente: New York Times

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