El juego del calamar en la vida real: China extrae órganos a miles de disidentes y presos políticos
Según denuncian los grupos de derechos humanos, el Partido Comunista de China extrae corazones, riñones, hígados y córneas de 100.000 disidentes y presos políticos cada año, con una red gubernamental de tráfico de órganos “por encargo” que opera a gran escala.
Las víctimas son las minorías, como los practicantes de Falun Gong, los uigures, los tibetanos, los musulmanes y los cristianos, detenidos en China. El programa de extracción forzada de órganos recauda mil millones de dólares al año.
Según detalló la Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las ONU, hay información fidedigna de que los detenidos pertenecientes a minorías étnicas, lingüísticas o religiosas pueden ser sometidos por la fuerza a análisis de sangre y exámenes de órganos, como ecografías y radiografías, sin su consentimiento informado, mientras que a otros presos no se les exige que se sometan a dichos exámenes.
Los resultados de los exámenes se registran en una base de datos de fuentes de órganos vivos que facilita la asignación de órganos.
“La extracción forzada de órganos en China parece estar dirigida a minorías étnicas, lingüísticas o religiosas concretas que se encuentran detenidas, a menudo sin que se les expliquen los motivos de la detención ni se les entreguen órdenes de arresto, en diferentes lugares”, denunció en junio pasado la oficina liderada por la ex presidenta chilena Michelle Bachelet.
Según las denuncias recibidas, los órganos más comunes que se extraen a los presos son, corazones, riñones, hígados, córneas y, con menor frecuencia, partes de hígados. En esta forma de tráfico de carácter médico están presuntamente implicados profesionales del sector sanitario, incluidos cirujanos, anestesistas y otros especialistas médicos, agrega el alarmante informe.