El BCIE y Honduras acuerdan mitigar el alza en el precio de los combustibles y la energía eléctrica
El Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y el Gobierno de Honduras formalizaron este viernes dos acuerdos para mitigar el alza en el precio de los combustibles y la energía eléctrica, y el estudio de un laboratorio de moléculas.
Los dos acuerdos fueron suscritos por el presidente ejecutivo del BCIE, Dante Mossi, y la ministra de Finanzas de Honduras, Rico Moncada, en el marco de la LXII Asamblea de Gobernadores del Banco que se celebra en México, señaló la oficina de prensa de la institución regional, que tiene su sede principal en Tegucigalpa.
El primer acuerdo es por un crédito por 200 millones de dólares para mitigar el alto costo de los combustibles y la energía eléctrica, señaló.
Los recursos provienen del Programa Temporal de Apoyo ante la Crisis de los Combustibles, aprobado por el BCIE en junio pasado y orientado "a reconocer y reembolsar el esfuerzo realizado por las autoridades de Honduras en la aplicación de mecanismos de mitigación al alza en los precios de los combustibles y energía eléctrica".
Las medidas implementadas por el Gobierno hondureño incluyen la reducción del impuesto a la gasolina superior, regular y diésel; un subsidio adicional del 50 % del aumento al precio del diésel, y un subsidio a clientes con consumos iguales o inferiores a 150 kilovatios de energía eléctrica.
"Nos sentimos muy satisfechos en haber respondido de forma ágil y expedita a los desafíos que la crisis de los combustibles ha generado en nuestros países miembros mediante un innovador Programa contribuyendo a la resiliencia y a la economía de las familias más vulnerables de la región centroamericana", dijo Mossi.
El convenio debe ser aprobado por el Parlamento de Honduras y la iniciativa se enmarca en la Estrategia Institucional del BCIE 2020-2024, en su eje de Competitividad Sostenible, que busca impulsar el fortalecimiento de los factores económicos, en su ámbito comercial, para avanzar en el desarrollo sostenible de los países de la región.
Fuente: El Economista