Asesinan a presidente de Haití en medio de su intento por crear una nueva Constitución para seguir en el poder
El presidente de Haití, Jovenel Moise y su esposa fueron asesinados el miércoles por la mañana en un ataque con armas de fuego en su residencia privada.
El primer ministro interino, Claude Joseph, declaró el “estado de sitio” y dijo que ahora estaba a cargo del país, instando al público a mantener la calma e insistiendo en que la policía y el ejército garantizarían el orden público.
Moise, venía gobernando por decreto luego del retraso de las elecciones previstas para 2018 y lideraba el gobierno en medio de fuertes disputas sobre cuándo terminaría su mandato.
En febrero de este año, el Consejo superior judicial de Haití dio cuenta del fin del mandato de Moise (tomando como partida el 2016), pero éste sostenía que se mantendría en el poder hasta el 7 de febrero de 2022 (al haber asumido en 2017), en una interpretación de la Constitución rechazada por la oposición. En esa turbulenta semana, el presidente aseguró que había frustrado un intento de golpe de Estado.
En medio de la creciente violencia y una ola de secuestros, el presidente, acusado de inacción ante la inseguridad e impunidad de las bandas, continuaba gobernando la nación más pobre del hemisferio occidental a punta de decretos, sin contrapeso del Legislativo y con el objetivo de realizar un referéndum constitucional (no previsto en la Carta Magna), inicialmente programado para el 27 de junio y luego pospuesto en medio de la crisis.
La oposición y muchas organizaciones de la sociedad civil rechazan de plano la propuesta presidencial, y denunciaban la ilegitimidad del mandato del jefe del Estado y la imposibilidad de organizar unas elecciones, dada la inseguridad generalizada.
Líderes opositores le acusaban de intentar aumentar su poder, por ejemplo al aprobar un decreto que limitaba las competencias de una corte que audita los contratos del gobierno o con otro que creaba una agencia de inteligencia que sólo respondía ante el presidente.