Analistas aseguran que baja de homicidos no está relacionada a plan de control territorial implementado por Bukele
Las cifras oficiales apuntan a un notable descenso en el número de homicidios en El Salvador, donde la tasa por cada 100.000 habitantes pasó de 51 en 2018 a 35,8 el año pasado, sin embargo esto no se debe a políticas de seguridad implementada por el gobierno de Nayib Bukele.
"Más que un plan de seguridad, esto es un plan de comunicación para mostrar que el presidente tiene el control, algo que puede tener buen impacto para su imagen pero que a la larga será dañino para las instituciones del Estado y la población", pronostica Sofía Martínez, experta en seguridad en Centroamérica.
De hecho, diversos analistas vinculan la disminución de la violencia a factores ajenos a la política del gobierno como a un posible plan de las pandillas para dejar de cometer asesinatos con el objetivo de evitar enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, lo que les permitiría mantener su control de territorios y seguir dedicándose a la extorsión.
"Esto es algo que interesa a las pandillas porque viven de las extorsiones. Así que si el gobierno de algún modo les deja el espacio para que sigan extorsionando con la condición de que no maten, puede sacar crédito de que los homicidios bajan aunque la realidad en el terreno siga siendo igual de preocupante", apunta Martínez.
Otros consideran que la reducción de asesinatos podría entenderse como un gesto de buena voluntad de las pandillas hacia el nuevo Ejecutivo.
Martínez recuerda que "las pandillas tienen la palanca para subir o bajar los homicidios. El día que quieran mandar el mensaje contrario a Bukele, las cifras subirán para provocar o pedir alguna concesión, como hemos visto en el pasado".
Por ello, cree que "la bajada de homicidios en El Salvador es un poco como un espejismo".
Fuente BBC