Aministía Internacional: Represión y promesas rotas, el nuevo rostro del país a un año de gobierno del presidente Bukele
Amnistía Internacional, el movimiento global presente en más de 150 países que trabaja para que los derechos humanos evaluó el primer año de gestión del presidente Nayib Bukele como lleno de represión y promesas rotas.
“Hace un año, el presidente Bukele asumió el compromiso de llevar el país hacia un nuevo y mejor rumbo. Lamentablemente, esa esperanza se desvanece con las acciones de su administración que ponen en riesgo los derechos humanos”, dijo Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
Para Aministía Internacional, el contexto del COVID-19 ha visibilizado un estilo de gobierno que, si bien parece innovador por sus formas, en el fondo regresa a las tácticas represivas y de abusos que se han visto tantas veces en el pasado de El Salvador.
Las autoridades han detenido a más de 2,000 personas por presunta violación de la cuarentena domiciliar y las han recluido en “centros de contención” que a menudo no cuentan con niveles mínimos de salubridad y distanciamiento físico, destaca el movimiento.
Amnistía Internacional ha examinado documentos legales en los que se afirma que algunas personas fueron detenidas sólo por salir de casa a comprar comida o medicamentos. Además, la organización ha verificado material audiovisual que muestra las precarias condiciones de los centros de contención.
“Estos casos muestran claramente que las medidas que el gobierno está tomando, con la excusa de detener la pandemia, son desproporcionadas. Como resultado, muchas personas han tenido que enfrentar innecesariamente el riesgo de contraer el COVID-19 y han sufrido violaciones a sus derechos. Las autoridades tenían la obligación de protegerlas y nunca vulnerar sus derechos”, dijo Erika Guevara Rosas.
Además, otras acciones realizadas por el presidente Bukele han alarmado a la comunidad internacional por el gravísimo retroceso que podrían representar. En febrero, el Consejo de Ministros del gobierno convocó a una sesión extraordinaria de la Asamblea Legislativa, la cual fue acompañada de un ostentoso e innecesario despliegue militar en las instalaciones y el perímetro de la Asamblea, así como denuncias de francotiradores apostados en las proximidades y reportes de restricciones a la libertad de prensa.
Asimismo, Amnistía Internacional lamenta los mensajes públicos del presidente Bukele, donde desacredita a las organizaciones de derechos humanos, sugiere que los cuerpos de seguridad implementen medidas violentas o llama al incumplimiento de las sentencias de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia.
PROMESAS ROTAS
En junio de 2019, después de su toma de posesión, una delegación de Amnistía Internacional se reunió con el presidente Bukele para presentarle las serias preocupaciones sobre la situación de derechos humanos en el país. La organización instó al mandatario a dejar atrás los enfoques represivos que administraciones anteriores aplicaron en las estrategias de seguridad pública y garantizar un retiro ordenado de la participación de las fuerzas armadas en labores de seguridad pública, así como, fortalecer las capacidades de la Policía Nacional Civil.
“Durante nuestro encuentro, el presidente se comprometió a ser una voz distinta en Centroamérica. Sin embargo, el gobierno actual ha llenado de titulares la prensa internacional y alarmado a los organismos internacionales por su desprecio a los derechos humanos”, dijo Erika Guevara Rosas.
Amnistía Internacional ve con preocupación que, en lugar de revisar y evaluar los errores y aciertos de las medidas implementadas por administraciones pasadas, el gobierno actual insista en privilegiar un enfoque represivo para afrontar los niveles de violencia y frenar el COVID-19.